Un grupo internacional de científicos ha descubierto un tipo de bacterias capaces de “respirar” hierro, un proceso que les permite transformar compuestos tóxicos de azufre en sustancias menos dañinas para el medio ambiente. Este hallazgo, considerado uno de los más interesantes del año en microbiología, revela una nueva forma de metabolismo que podría jugar un papel clave en la purificación natural de ecosistemas acuáticos.
Las bacterias, denominadas MISO, viven en lugares sin oxígeno como sedimentos marinos y pantanos. Allí utilizan minerales de hierro para oxidar el sulfuro, una sustancia tóxica que se acumula en las aguas profundas y contribuye a la formación de las llamadas “zonas muertas” del océano, donde la vida marina no puede sobrevivir. Al transformar este sulfuro en sulfato, las bacterias logran reducir su impacto contaminante y favorecen la recuperación del equilibrio ecológico.
Los científicos explican que este proceso antes se creía puramente químico, pero ahora se sabe que los organismos vivos también lo impulsan, lo que cambia la comprensión de cómo se regulan los ciclos naturales del hierro y el azufre en el planeta. Además, el descubrimiento abre la posibilidad de aplicar estas bacterias en proyectos de biorremediación, es decir, en el uso de microorganismos para limpiar ecosistemas contaminados o restaurar ambientes degradados.
Este avance refuerza la idea de que la naturaleza aún guarda mecanismos poco explorados para autorregularse y mantener la vida. Entender y aprovechar estos procesos podría convertirse en una herramienta fundamental frente a los desafíos ambientales actuales, especialmente la contaminación de ríos, mares y suelos.
