Durante un operativo policial llevado a cabo en la zona de Monte Quemado, Santiago del Estero, se desentrañó un elaborado plan destinado a eludir los controles de seguridad.
Tres individuos fueron detenidos después de que se les sorprendiera transportando una cantidad considerable de cocaína camuflada en una ambulancia bajo el pretexto de un traslado médico urgente. Según los informes oficiales, el vehículo, propiedad de una empresa privada, se dirigía desde San Ramón de la Nueva Orán hacia la ciudad de Buenos Aires.
Los ocupantes de la ambulancia alegaron estar llevando a una paciente en estado crítico que requería ser ingresada de urgencia en un centro médico de la capital. Sin embargo, las autoridades comenzaron a sospechar cuando detectaron inconsistencias en las respuestas de los ocupantes y detalles discordantes en la situación. En respuesta a estas dudas, decidieron llevar a cabo una inspección minuciosa del vehículo.
Durante la inspección, los agentes de seguridad encontraron una serie de elementos que confirmaron sus sospechas. La primera señal de alerta fue la falta de una conexión adecuada del suero a la supuesta paciente, lo que levantó sospechas sobre la autenticidad del traslado médico. Además, descubrieron tornillos removidos de manera sospechosa, lo que sugirió la presencia de un compartimento oculto en el vehículo.
El momento crítico llegó cuando Terra, la perra antinarcóticos de la Gendarmería, fue llevada al lugar y reaccionó de manera positiva, confirmando la presencia de sustancias ilícitas en la ambulancia. Tras una búsqueda más exhaustiva, los agentes encontraron un doble fondo debajo de la camilla que albergaba múltiples paquetes de una sustancia sospechosa. La inspección posterior reveló más envoltorios similares escondidos en un mueble y en los bolsos de los ocupantes.