La tranquilidad de la vereda Tesalia, en zona rural del municipio de Orito, Putumayo, se vio interrumpida en la mañana de este viernes 5 de septiembre, tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Jefferson Matiz López, un joven universitario de 23 años que fue víctima de un hecho violento que hoy genera consternación en toda la región.
De acuerdo con las primeras informaciones, el cuerpo de Matiz López presentaba múltiples heridas ocasionadas con arma blanca y disparos, además de lesiones en sus brazos. En el lugar del hallazgo también se encontró una motocicleta marca KLX, en la que presuntamente se movilizaba el joven antes de ser atacado.
Jefferson era oriundo del corregimiento de Santana, en Puerto Asís, y actualmente cursaba los últimos semestres de la carrera de Entrenamiento Deportivo en la ciudad de Cali. Había regresado a su tierra natal recientemente con el propósito de compartir tiempo con su familia.
Su comunidad lo recuerda no solo como un joven dedicado a los estudios, sino también como un entusiasta del deporte y la cultura. Fue jugador de voleibol y miembro del reconocido grupo de danzas Yutavasó Putumayo, lo que lo convirtió en un referente entre los jóvenes de su municipio.
La noticia de su muerte ha generado gran pesar en Santana y en Orito. Amigos, vecinos y conocidos expresaron mensajes de solidaridad y recordaron la calidad humana de Jefferson, quien era considerado una persona tranquila, comprometida y con un futuro prometedor.
“Era un muchacho alegre, respetuoso y lleno de sueños. Su partida nos deja un vacío enorme”, señalaron allegados en medio del dolor.
Hasta el momento, las autoridades no han entregado un reporte oficial sobre los móviles del crimen. Sin embargo, equipos de la Policía y la Fiscalía hicieron presencia en el lugar de los hechos para adelantar las diligencias de levantamiento del cuerpo e iniciar las investigaciones que permitan esclarecer lo sucedido.
El homicidio de Jefferson Matiz López se suma a la preocupación por los índices de violencia en esta región del Putumayo, donde las comunidades rurales reclaman mayor seguridad y presencia institucional para evitar que se repitan hechos similares.
