La familia de Andrés Rojas Romero, un joven oriundo del Huila, vive momentos de profunda angustia desde que perdieron contacto con él, mientras se encontraba en Koto, una localidad de Polonia. La ausencia de comunicación, sumada al contexto de violencia, guerra y racismo que atraviesa la región, ha encendido todas las alarmas entre sus seres queridos, quienes temen que el joven haya sido víctima de una red de trata de personas.
Según han informado familiares, Andrés había viajado con la intención de mejorar su situación laboral, como muchos otros migrantes latinoamericanos. Sin embargo, las condiciones en que se desenvuelven muchos extranjeros en Europa del Este son cada vez más hostiles. En Polonia, particularmente, se han registrado casos de discriminación étnica, explotación laboral y una creciente xenofobia, lo que convierte a los migrantes en blanco fácil de redes criminales.
Ayuda
Los allegados de Andrés piden a la comunidad nacional e internacional que los ayude a establecer contacto o brindar cualquier información útil sobre su paradero. También han solicitado la intervención de las autoridades colombianas y organizaciones de derechos humanos, para activar los mecanismos de protección consular y cooperación internacional.
La familia insiste: el tiempo es crucial, y cada día sin noticias agudiza la posibilidad de que se trate de un caso de desaparición forzada vinculada a trata.




