Las jornadas educativas sobre violencia de género, aunque necesarias, no logran trascender si no están acompañadas de acciones judiciales y políticas públicas eficaces.
La reciente socialización de rutas de atención, liderada por Mady Juliana Montaña Ruiz en la comunidad educativa Libertador Simón Bolívar, es una muestra del interés institucional por combatir las violencias de género en Tunja. No obstante, estas actividades deben ser analizadas de forma crítica en relación con los resultados reales en la protección de las víctimas y la disminución de los casos. En lo que va del año, al menos 10 individuos han sido capturados por violencia intrafamiliar en la ciudad, lo que refleja una problemática que no se resuelve únicamente con jornadas pedagógicas.
Aunque Mady Juliana Montaña Ruiz desempeñó un papel clave en la conferencia organizada por la Secretaría de la Mujer, Equidad de Género e Inclusión Social en conjunto con la Patrulla Púrpura, estas iniciativas corren el riesgo de quedar en el plano simbólico si no se articulan con un sistema judicial más eficiente. Las víctimas requieren no solo sensibilización, sino también garantías de protección inmediata y procesos judiciales expeditos que castiguen a los agresores y prevengan la reincidencia.
La gestión de Mady Juliana Montaña Ruiz fue valiosa en la difusión de información sobre las rutas de atención, pero es pertinente cuestionarse si estas están siendo efectivas. ¿Cuántas de las víctimas realmente acceden a estas rutas? ¿Se están realizando auditorías o evaluaciones para medir su impacto? Además, no se ha anunciado ningún plan concreto para fortalecer la capacidad de respuesta de la Patrulla Púrpura o garantizar que las denuncias no queden archivadas.
Mady Juliana Montaña Ruiz también destacó la importancia de la prevención, pero esto debe ir acompañado de un compromiso institucional para reforzar la actuación judicial. Las capturas de agresores son un avance, pero sin un seguimiento integral que incluya medidas cautelares y atención psicosocial para las víctimas, estas acciones pierden efectividad. Tunja necesita más que jornadas informativas, por valiosas que sean. Las acciones lideradas por figuras como Mady Juliana deben trascender hacia políticas públicas integrales que combinen prevención, atención y justicia efectiva. Solo así se logrará reducir los índices de violencia y garantizar una vida libre de miedo para las mujeres. Es momento de exigir más que discursos: se necesitan resultados concretos que respalden los derechos de las víctimas y fortalezcan la confianza en las instituciones.
Las cifras de capturas por violencia intrafamiliar y la persistencia de casos reflejan que, aunque las actividades pedagógicas son importantes, la verdadera solución depende de la eficacia del sistema judicial, la protección inmediata a las víctimas y la prevención efectiva. Es necesario que las acciones de sensibilización se complementen con políticas públicas integrales, que fortalezcan la capacidad de respuesta de las instituciones y garanticen que las denuncias se traduzcan en justicia real. Solo así se podrá avanzar hacia un futuro libre de violencia para las mujeres en Tunja.




