La escasez de combustibles en Nariño ha encendido las alarmas en los municipios de frontera. Ante la gravedad de la situación, se llevó a cabo una reunión urgente en Tumaco con la participación de la Dirección Nacional de Hidrocarburos, alcaldes, gremios y líderes comunitarios.
El objetivo del encuentro fue establecer acciones inmediatas que frenen la crisis que afecta a miles de habitantes. El desabastecimiento ha generado un mercado negro descontrolado, donde los pimpineros venden gasolina hasta por 30.000 pesos el galón.
Zonas como San Vicente, San Carlos y la vía al cementerio municipal se han convertido en puntos críticos de comercio ilegal de combustible. La comunidad denuncia los altos precios y la ausencia de alternativas para movilizarse.
El gerente de Petronar, Mario Guevara, expresó preocupación por el impacto en actividades clave como la pesca, la agricultura y el comercio, que dependen del suministro constante de gasolina y ACPM.
Los alcaldes solicitaron al Gobierno Nacional la implementación urgente de un plan de abastecimiento diferencial para Nariño, con enfoque especial en los municipios de frontera. Aunque se acordó diseñar una hoja de ruta conjunta, la comunidad sigue esperando medidas concretas que alivien el impacto económico y social que ya se siente con fuerza.




