La mitad del departamento de Nariño enfrenta una crisis de combustible que ya completa más de un mes. En 32 de los 64 municipios, principalmente en el sur y la costa, más de un centenar de estaciones de servicio permanecen cerradas por el conflicto entre distribuidores mayoristas y minoristas.
Causas de la crisis
El subsecretario de Minas y Energía de Nariño, Gerson Preciado, explicó que la situación obedece a desacuerdos comerciales y a problemas en la implementación del actual Plan de Abastecimiento. Aunque recientemente llegaron 50.000 barriles de gasolina al puerto de Tumaco, la medida ha resultado insuficiente frente a la alta demanda regional.
Según el Sistema de Información de la Cadena de Distribución de Combustibles (Sicom), en los primeros 15 días de agosto se distribuyeron más de 2,4 millones de galones en el departamento; sin embargo, en el mismo periodo de septiembre apenas se reportaron 39.000 galones.
“Las comunidades y sectores productivos reportan dificultades para movilizarse y mantener el normal desarrollo de sus actividades económicas”, señaló Preciado.
Llamado al Ministerio de Minas
Ante este panorama, la Gobernación de Nariño presentó una solicitud formal al Ministerio de Minas y Energía para revisar el Plan de Abastecimiento vigente y garantizar un suministro constante, suficiente y equitativo.
El funcionario precisó que la crisis también está relacionada con sobrecostos y demoras en el transporte desde Cartago y Buenaventura, así como con las limitaciones de almacenamiento y despacho de los distribuidores minoristas.
Propuestas de solución
El director de Hidrocarburos del Ministerio de Minas, Julián Flórez, insistió en la necesidad de instalar mesas de negociación entre mayoristas y minoristas para destrabar el suministro:
“Combustible hay suficiente. Lo importante es que los minoristas entiendan que teniendo el combustible tan cerca puedan acogerlo y surtir al consumidor”.
Por su parte, el alcalde de Tumaco, Félix Henao, denunció que algunas estaciones de servicio están vendiendo gasolina a ‘pimpineros’, lo que genera mayor desorden en la distribución.
“No vamos a permitir que este puerto se cierre. Queremos que el combustible salga hacia el interior del departamento sin inconvenientes”, afirmó.
La crisis sigue impactando la movilidad y la economía de la región, mientras la comunidad espera una solución definitiva.
