Colombia enfrenta una preocupación creciente por la depresión en niños menores de 14 años. Especialistas alertan que cada vez más menores presentan síntomas clínicos que afectan su bienestar emocional, su rendimiento escolar y sus relaciones sociales.
📊 Datos clave
En Colombia, alrededor del 44,7 % de los niños y adolescentes entre los 6 y 17 años reportan problemas de salud mental, incluida la depresión y la ansiedad.
Se ha identificado un número creciente de intentos de suicidio incluso en menores de edad: entre los 5 y los 13 años, los motivos más frecuentes están relacionados con maltrato físico, psicológico y sexual, así como acoso escolar.
Según estimaciones internacionales, aproximadamente 2,8 % de los niños menores de 13 años podrían sufrir depresión, aunque muchas veces no se diagnostica ni se atiende adecuadamente.
😟 ¿Cómo afecta a los niños?
La depresión en esta edad temprana tiene múltiples consecuencias posibles:
Dificultades para concentrarse y bajo rendimiento escolar.
Cambios de humor persistentes: irritabilidad, enojo, tristeza frecuente, desgano o llanto fácil.
Alteraciones en el sueño y apetito: pueden dormir mucho, muy poco, presentar problemas para conciliar el sueño, o bien cambios en la alimentación (comer más o menos).
Retracción social: menos interés en actividades que antes disfrutaba, aislamiento de amigos o familiares.
Manifestaciones físicas como dolores de cabeza, de estómago u otras molestias somáticas sin causa médica clara.
Riesgo de pensamientos sobre la muerte, autodesprecio o en casos graves suicidio.
🧠 Principales causas
Experts señalan que la depresión en niños puede originarse por una combinación de factores biológicos, sociales y psicológicos. Entre los más destacados:
Factor Descripción
Factores familiares Separación de los padres, conflictos crónicos, muerte de un familiar, abuso o negligencia.
Acoso escolar (bullying) Maltrato psicológico, físico o exclusión social por compañeros.
Problemas de salud física prolongados Enfermedades crónicas que limitan al niño, dolor constante, hospitalizaciones frecuentes.
Estresores externos Cambios de colegio o vivienda, pérdida económica, desastres, pandemia.
Factores biológicos o genéticos Historia familiar de depresión, desequilibrios químicos en el cerebro, desarrollo neurológico.
⚠ Qué hacer: detección y solución
Reconocer señales de alerta temprano: observar cambios persistentes en el ánimo, interés, comportamiento escolar, sueño o apetito.
Intervención familiar y escolar: comunicación, apoyo emocional, espacios seguros en casa y colegios. La educación emocional como parte del currículo puede ayudar.
Acceso a atención especializada: psicólogos infantiles, psiquiatras, terapia, acompañamiento terapéutico para niños.
Políticas públicas fortalecidas: mejorar servicios de salud mental infantil, programas preventivos, legislación que proteja derechos de menores con trastornos mentales.
🔭 Perspectiva
Profesionales coinciden en que, si no se atiende, la depresión en edades tempranas puede traer consecuencias a mediano y largo plazo, como afectaciones en la autoestima, relaciones sociales, riesgo de abuso de sustancias, y mayor vulnerabilidad frente a otros trastornos psiquiátricos.
Promover la salud mental desde la infancia es esencial para construir adultos emocionalmente más resilientes.




