El Deportivo Pasto dio a conocer la lista oficial de convocados para su próximo compromiso, donde se enfrentará nada menos que a la Sub-20 del Deportivo Pereira, en un partido que, aunque en el papel parece accesible, se ha convertido en una verdadera prueba de fuego para el técnico René Rosero. El encuentro ha despertado gran expectativa entre la afición nariñense, no solo por la necesidad de sumar una victoria, sino por la creciente presión sobre el estratega, cuestionado por los recientes resultados del equipo.
En la lista de convocados destacan jugadores de experiencia como Kevin Rendón, Facundo Boné y Jeferson Rivas, quienes deberán asumir el liderazgo de un grupo que busca reencontrarse con el triunfo. También fueron llamados los defensores Mauricio Castaño, Nicolás Gil, Fabián Villa y Joyce Ossa, mientras que bajo los tres palos estarán Andrés Cabezas y Diego Martínez. En ataque, Joshán Valois, Jeiry Hurtado y Patrick Preciado completan una nómina que combina juventud y jerarquía.
El rival, una versión Sub-20 del Deportivo Pereira, llega con la motivación propia de los equipos juveniles que buscan mostrarse, pero también con la claridad de que enfrente tendrán a un club de Primera División con la obligación de ganar. Por eso, entre la hinchada del Pasto se percibe una sensación general: si el equipo no logra vencer a este rival, la continuidad de René Rosero quedará aún más en entredicho.
El entrenador pastuso ha sido blanco de críticas en las últimas semanas debido al bajo rendimiento colectivo, la falta de contundencia ofensiva y la irregularidad del plantel. Muchos aficionados y analistas coinciden en que Rosero no ha logrado encontrar una identidad de juego clara ni transmitir confianza al grupo. En ese contexto, este partido se presenta como una última oportunidad para revertir la mala imagen y demostrar que tiene la capacidad para dirigir al equipo con autoridad.
Las palabras que circulan entre los seguidores del conjunto volcánico son contundentes: “Si no se le gana a una Sub-20, no hay excusa posible.” La presión sobre Rosero es máxima, y cada decisión —desde la alineación inicial hasta los cambios— será observada con lupa. La paciencia de la hinchada parece haberse agotado, y solo un triunfo convincente podría devolver algo de calma al entorno del club.
A pesar de la tensión, los jugadores han cerrado filas en torno a su entrenador. Varios de ellos han manifestado públicamente su apoyo y han pedido a la afición no perder la fe. Sin embargo, el respaldo del vestuario deberá verse reflejado en la cancha, donde Pasto necesita no solo ganar, sino hacerlo con autoridad y mostrando un fútbol convincente. Una victoria ajustada o un empate ante un rival juvenil solo alimentaría las críticas hacia el cuerpo técnico.
El partido contra la Sub-20 del Deportivo Pereira se perfila, así, como un punto de quiebre en la temporada del Deportivo Pasto y en el futuro inmediato de René Rosero. Si el equipo logra el resultado esperado, podría iniciar una recuperación anímica de cara a los próximos desafíos. Pero si tropieza, el mensaje será claro: la paciencia se acabó, y el timonel seguirá confirmando las dudas sobre su capacidad para comandar un proyecto que, por historia y plantilla, merece mucho más.
