La situación de Deportes Quindío sigue siendo preocupante en el Torneo de Ascenso. El cuadro cafetero cayó este domingo 2-0 en su visita a Patriotas Boyacá por la sexta jornada del Clausura, un resultado que agudiza la crisis deportiva que atraviesa y que lo aleja cada vez más de los puestos de protagonismo.
El equipo dirigido desde Armenia no pudo reaccionar ante un rival que supo aprovechar sus errores. Al minuto 37, Kevin Andrés Álvarez Carvajal abrió el marcador para los boyacenses, tras una desconcentración en marca que dejó mal parada a la defensa visitante. Desde ese momento, el Quindío no logró recomponerse y mostró muchas dificultades para generar peligro en el área contraria.
En el segundo tiempo, el conjunto cafetero intentó adelantar sus líneas, pero sus aproximaciones carecieron de claridad. Las imprecisiones en la entrega y la falta de contundencia ofensiva se hicieron evidentes, lo que facilitó el trabajo de la defensa de Patriotas, que mantuvo el control del juego hasta el final.
El golpe definitivo llegó en el tiempo de adición. Un penal sancionado en favor de los locales fue bien ejecutado por Juan Mateo Garavito Peláez al minuto 90+5, sellando el 2-0 y dejando sin opciones de reacción a los visitantes. Esa acción reflejó la desconcentración del Quindío, que no pudo sostener la presión en los momentos clave.
La derrota expone nuevamente la fragilidad defensiva del cuadro cafetero, que en varios partidos ha mostrado dificultades para mantener el orden. Además, la falta de un referente de área se siente en cada encuentro, pues las llegadas ofensivas no logran transformarse en goles, lo que complica aún más su panorama.
Mientras Patriotas celebró un triunfo que lo mantiene en el cuarto lugar con 10 puntos, Quindío se quedó sin respuestas y con la obligación de reaccionar de inmediato en las últimas dos jornadas del Clausura. De no hacerlo, el riesgo de quedar relegado en la tabla y perder opciones de avanzar será aún mayor.
La afición quindiana, que mantiene la esperanza de ver al equipo en la pelea por el ascenso, comienza a impacientarse. La exigencia hacia los jugadores y el cuerpo técnico crece, pues el club de Armenia no logra encontrar una identidad de juego que le permita recuperar protagonismo. El reto inmediato será cortar la mala racha y evitar que la crisis deportiva se convierta en una pesadilla en este semestre.




