Denuncias vecinales por fallas en aseo

Una queja ciudadana reveló la mala prestación del servicio de recolección de basuras.
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La denuncia ciudadana volvió a convertirse en la única herramienta efectiva para que se cumpla un derecho básico en Pitalito: la recolección adecuada de las basuras. En esta ocasión, la inconformidad se originó en la carrera quinta Este, donde habitantes denunciaron públicamente la acumulación de desechos que no habían sido recogidos por la empresa de servicios públicos encargada.

La voz de una ciudadana, compartida a través de redes sociales, destapó la situación que no era un caso aislado, sino un reflejo de la recurrente queja de muchos sectores del municipio. «Surtió efecto la denuncia, ya mandaron a recoger», escribió tras recibir la rápida reacción de la entidad. Sin embargo, el hecho abrió un debate sobre la calidad del servicio que debería garantizarse sin necesidad de presión pública.

Una queja

La acumulación de residuos en zonas residenciales no solo afecta la estética de los barrios, sino que también genera un riesgo ambiental y de salud. Moscas, malos olores y animales callejeros convierten las bolsas sin recoger en focos de contaminación que impactan directamente a la comunidad.

La denuncia ciudadana fue clara: la empresa falló en su labor. Y aunque la corrección fue inmediata tras la publicación del reclamo, los habitantes dejaron en evidencia que se sienten obligados a visibilizar las falencias para obtener resultados. La pregunta es simple: ¿debe la ciudadanía acudir a la exposición pública cada vez que la empresa incumpla con su deber?

Solución

Bajo la dirección de Carolina Calderón, Empitalito E.S.P. respondió de manera oportuna al llamado de la comunidad, enviando personal para recoger los residuos acumulados. La gestión fue reconocida, pero no dejó de ser cuestionada.

Si bien la reacción fue rápida, la ciudadanía insiste en que no debería ser necesaria una denuncia para que se cumpla con la programación de recolección. Los habitantes de la carrera quinta Este aseguraron que este tipo de inconsistencias se repite con frecuencia en otros sectores, lo que pone en duda la eficiencia del esquema de operación.

Servicio público bajo la lupa

La polémica que desató este hecho abre un debate mayor: la calidad de los servicios públicos domiciliarios en Pitalito. La recolección de basuras es una obligación fundamental de la empresa, no un favor. Y aunque la gerente Carolina Calderón demostró capacidad de reacción, lo cierto es que la crítica apunta a la prevención de estos errores, no a su corrección tardía.

La comunidad espera continuidad, planeación y eficiencia, no solo respuestas reactivas. La basura acumulada fue retirada, sí, pero quedó la sensación de que el servicio de aseo en Pitalito funciona únicamente bajo presión ciudadana.


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