Un menor de 9 años estuvo al borde de la muerte en Oporapa tras una atención inicial que, según se denuncia, no identificó a tiempo una apendicitis aguda. El niño fue llevado a la ESE David Molina Muñoz con fuertes dolores abdominales, donde recibió un diagnóstico de hernia y medicamentos para mitigar el dolor.
Pasadas 24 horas, la salud del menor se deterioró de manera crítica. La verdadera causa de su malestar, una apendicitis complicada, derivó en la ruptura del apéndice, provocando una peritonitis severa. Solo la rápida intervención de especialistas en el Hospital San Antonio de Pitalito, quienes realizaron una cirugía de urgencia, logró evitar un desenlace fatal.
Denuncia
La familia del menor, identificado como Juan Sebastián Peña López, manifestó que el retraso en el diagnóstico y la demora en la remisión agravaron su estado. Edwin Alipio Peña Castro, padre del niño, señaló que, en la segunda consulta, a pesar de la evidente gravedad, hubo dudas en autorizar su traslado inmediato a un centro de mayor complejidad.
Antecedentes
Este caso se suma a otros incidentes recientes en la ESE David Molina Muñoz, donde la comunidad ha expresado preocupación por la calidad en la atención médica. Entre ellos, se encuentra la situación de una madre y su bebé que permanecen en una unidad de cuidados intensivos en Neiva tras complicaciones obstétricas.
Exigencias
Habitantes del municipio demandan que la gerencia de la institución, liderada por Sandra Paola Vargas Claros, tome medidas para garantizar que el personal médico cuente con la capacitación y el criterio necesarios para actuar oportunamente ante emergencias. La comunidad enfatiza que los errores en el diagnóstico comprometen la confianza en los servicios de salud y pueden poner en riesgo vidas humanas.
Llamado
Colectivos ciudadanos insisten en que es indispensable fortalecer los protocolos de remisión y supervisar de cerca los casos atendidos en urgencias. Asimismo, subrayan la importancia de priorizar la seguridad del paciente sobre las limitaciones logísticas y administrativas.
La situación ha desatado un debate regional sobre la necesidad de reforzar la supervisión de los servicios médicos en Oporapa y garantizar una atención que prevenga episodios como el vivido por Juan Sebastián, cuya vida dependió de una intervención quirúrgica realizada en el último momento.



