La Ciudad Salud de de Colombia ha sido por años un espacio informal de negocios en el que pulululan personas dedicadas a ofrecer rifas, loterías, chances piratas y demás actividades que permitan ganar dinero o premios de manera fácil, a cambio de unos cuantos billetes o monedas. Sin embargo, en la actualidad, son nulas las garantías para que el cobro de las ganancias por parte de los jugadores de estas actividades artesanales, o ilegales, sea efectivo.
Ayuda
En la Ciudad Salud son varias las personas que se dedican a la venta de rifas como trabajo informal debido a la falta de empleos dignos, por ello, se valen de amigos, conocidos y extraños para completar el cupo de cada talonario y así recolectar el dinero del premio, además de guardar el excedente que se convertiría en el salario de la persona responsable del juego.
Para contribuir con el movimiento de la economía en el plano local, comerciantes, vendedores ambulantes y demás ciudadanos son clientes frecuentes de este modelo de negocio, el cual se ha arraigado tanto en Tocaima, que hasta el párroco de la iglesia católica organiza rifas y bingos para recoger fondos.
Negocio
Este modelo de venta se ha convertido en una opción llamativa para los aficionados a juegos de azar, que, además de entablar comunicación con las mujeres que ofrecen las boletas, buscan ganar dinero de manera fácil gracias a un ´´golpe de suerte´. Entre una de las clientas concurrentes de estas rifas está Bella Gutiérrez, quien compró una rifa por 10.000 pesos, la cual le permitiría ganarse 500.000 si llegaba a salir el número que eligió.
Engaño
Fue así como María de Los Ángeles Marcano Acosta, de 23 años, oriunda de la ciudad de Cumaná, estado Sucre, Venezuela, le ofreció a varios residentes de Tocaima la compra de su rifa, sin pensar en que serían víctimas de un presunto engaño.
Gutiérrez, clienta de Marcano, advirtió que le pagó ´´la boleta y al otro día salió con el cuento raro de que no la había puesto a jugar« porque supuestamente le había devuelto el dinero a todos los clientes, pero, al consultar con una de las compradoras se confirmó que la responsable de la rifa había engañado a decenas de tocaimunos.




