DENUNCIAN DESALOJO EN ZONA RURAL DE IBAGUÉ

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Kenevert Ipuz Vaquiro asegura que los predios son habitados hace más de 35 años.

En una situación alarmante, la comunidad del Cañón del Combeima ha denunciado una orden de desalojo que afecta a más de 11 familias, incluyendo a adultos mayores y niños que han residido en el sector de la mediación por más de 35 años.

Propiedad

La revelación de la propiedad de los predios, respaldada por documentos que evidencian una compra de hace 10 años, ha llevado a la comunidad a alzar la voz contra lo que consideran un intento de despojo de sus hogares.

Retiro

Ante esta amenaza inminente, la comunidad ha decidido emprender acciones legales, presentando una tutela con el objetivo de salvaguardar sus viviendas y evitar la posibilidad de ser desplazados, sin claridad sobre el futuro de este importante sector. Desde el pasado jueves nueve de noviembre, los habitantes se han unido en un esfuerzo conjunto para exigir justicia y visibilizar la difícil situación a la que se enfrentan.

Manifestación

Cabe destacar que, a lo largo de este tiempo, la comunidad ha llevado a cabo protestas pacíficas como un medio para hacerse escuchar por las diferentes entidades, especialmente Cotolima. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido pronunciamientos ni respuestas claras por parte de las autoridades pertinentes, lo que ha generado mayor preocupación y descontento entre los afectados.

Comunidad

Ante esta situación, la comunidad reitera su llamado a la justicia y a la solidaridad, buscando el apoyo de la sociedad y las instancias gubernamentales para resolver este conflicto de manera justa y equitativa. La incertidumbre en el Cañón del Combeima persiste, y la comunidad espera que sus demandas sean atendidas para garantizar el respeto a sus derechos fundamentales y la preservación de sus hogares.

En este momento crítico, la comunidad del Cañón del Combeima enfrenta una realidad desgarradora no tienen a dónde ir. El temor a perder sus hogares, cargados de historias y vivencias de más de tres décadas, se agudiza al no vislumbrar alternativas habitacionales para estas familias. La incertidumbre sobre el futuro se cierne sobre la comunidad, que continúa luchando no solo por la preservación de sus viviendas, sino también por la garantía de un espacio donde puedan seguir construyendo su vida.


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