El ambiente político del Huila vuelve a agitarse tras conocerse que el diputado Ómar Alexis Díaz estaría próximo a renunciar a la Asamblea para aspirar a la Cámara de Representantes. La movida, aunque esperada por algunos sectores conservadores, deja entrever una estrategia interna de poder dentro del tradicional partido azul.
Con su salida, la curul sería ocupada por Wilmer Alvarado, recordado por su cercanía con el fallecido congresista Jaime Felipe Lozada. Sin embargo, lejos de mantener esa línea política, Alvarado respaldaría la aspiración de Díaz, sellando una alianza que despierta comentarios y divisiones en las bases conservadoras.
La jugada política no solo implica un cambio de nombres, sino también de lealtades. Varios sectores del conservatismo consideran que el movimiento es un reacomodo pactado, donde las viejas alianzas dan paso a nuevos acuerdos con miras a las elecciones de 2026.
Fuentes internas señalan que el apoyo de Alvarado a Díaz responde a un compromiso político sellado meses atrás, lo que deja en evidencia que el conservatismo huilense atraviesa un proceso de redefinición interna, con figuras que buscan consolidar su poder a cualquier costo.
La salida de Díaz marca el inicio de una nueva disputa por el control del partido en el departamento.
Mientras unos celebran su ambición política, otros ven en su renuncia un movimiento calculado que podría acentuar las fracturas en una colectividad que, pese a su historia, parece hoy más fragmentada que nunca.




