En el Concejo de Neiva se aprobó en comisión el Proyecto de Acuerdo No. 041 de 2025, que autoriza al alcalde Germán Casagua a comprometer vigencias futuras excepcionales por un valor de 6.750 millones de pesos, destinados a la operación de programas de salud pública, inspección, vigilancia y control durante el 2026. El ponente de la iniciativa, concejal Ramiro Vidal, destacó la importancia de asegurar la continuidad de estos proyectos, señalando que “no se trata de una dádiva, sino de un deber con la salud de los neivanos”.
Defensa cerrada
La concejala Lina Guzmán, quien presidió la comisión, defendió el proyecto afirmando que es “legal, constitucional y conveniente para la ciudad”. Según la cabildante, este mecanismo garantiza planeación con responsabilidad fiscal y evita improvisaciones en un área tan sensible como la salud. No obstante, su defensa fue criticada por algunos sectores ciudadanos, que advierten que comprometer recursos de vigencias futuras en una administración marcada por cuestionamientos financieros podría ser un cheque en blanco para la burocracia.
El trasfondo fiscal
Aunque la iniciativa se presenta como una herramienta para proteger la salud pública, la realidad muestra fisuras. Neiva arrastra serios problemas en la ejecución presupuestal y los programas de inspección y vigilancia, lejos de mostrar avances contundentes, han sido blanco de constantes quejas por ineficacia y lentitud. Para críticos del acuerdo, el compromiso de 6.750 millones se convierte en una carga que limita el margen de acción de futuras administraciones, mientras no se transparentan los resultados de la inversión actual.
Salud
Lo que debería ser un debate técnico terminó convertido en un pulso político. Guzmán y Vidal se mostraron alineados en la defensa del proyecto, resaltando la necesidad de blindar la salud de los ciudadanos. Sin embargo, voces externas señalan que se trata más de un movimiento de posicionamiento político que de una verdadera apuesta por la salud pública, pues los concejales buscan figurar como adalides de un tema sensible en plena antesala de un año electoral.
Ciudadanía desconfiada
La aprobación del proyecto en primer debate deja en evidencia un panorama dividido: por un lado, la institucionalidad que insiste en garantizar continuidad, y por otro, una ciudadanía que observa con recelo el destino de los recursos. La pregunta que queda en el aire es si esos más de 6.700 millones realmente llegarán a fortalecer la salud de los neivanos o si, como ocurre con frecuencia, se perderán entre trámites, contratos y promesas incumplidas.
