La defensora del Pueblo, Johana Jiménez, reconoció que la relación con el Gobierno del presidente Gustavo Petro atraviesa momentos complejos, debido a falta de diálogo directo y a la reducción de recursos destinados a la entidad.
En declaraciones recientes, Jiménez afirmó que el trabajo de la Defensoría se ha visto afectado por las limitaciones presupuestales y por las dificultades para coordinar acciones con distintas dependencias del Ejecutivo. “No es fácil la relación, pero seguimos comprometidos con nuestra labor de proteger los derechos humanos en todo el territorio nacional”, aseguró.
La funcionaria también expresó preocupación por el avance de la violencia en varias regiones del país, especialmente en zonas donde los grupos armados y el conflicto social han recrudecido. “En medio de estas condiciones, la Defensoría necesita más apoyo, no menos”, enfatizó.
El pronunciamiento ha generado reacciones en el ámbito político y social, donde distintos sectores han pedido al Gobierno fortalecer los canales de cooperación institucional y garantizar la autonomía de los organismos de control frente a la creciente crisis humanitaria.
