En el marco de la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente Gustavo Petro participó en el evento “Nuestra humanidad, nuestra responsabilidad” con un discurso extenso y crítico que abordó los principales dilemas de la política internacional. Su intervención colocó a Palestina y la situación en Gaza como epicentro de una crisis que, según él, pone en riesgo la propia supervivencia de la humanidad.
Petro denunció que la inacción de Naciones Unidas y la falta de poder vinculante de sus resoluciones impiden detener genocidios como el palestino. Señaló que mientras la Corte Penal Internacional emite órdenes de captura contra responsables de crímenes, como el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, estos circulan libremente por el mundo sin enfrentar consecuencias, a diferencia de la rigurosidad con que Estados Unidos exige la extradición de narcotraficantes colombianos.
El mandatario fue contundente al advertir: “Los discursos no van a bastar, no van a lograr que se frene el genocidio en Palestina”. Exigió a la comunidad internacional hacer cumplir las órdenes contra Netanyahu y, en un gesto polémico, aseguró que si EE. UU. no actúa, Colombia estaría dispuesta a recibirlo para que enfrente la justicia. Además, propuso crear un mecanismo internacional bajo el nombre “United for Peace”, con el apoyo de tres cuartas partes de los Estados miembros, destacando que países como Indonesia ya han ofrecido tropas para una posible misión en Gaza.
El presidente también denunció recientes operaciones militares del Comando Sur en el Caribe, que, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, terminan asesinando a jóvenes pobres atrapados entre el crimen y la represión. Según él, la “guerra contra las drogas” no es una política de salud pública, sino un instrumento de poder que perpetúa la violencia y legitima intervenciones militares.
Otro eje de su intervención fue la migración, tema que vinculó con el racismo y las políticas de supremacía en el norte global. Recordó el caso en que su gobierno bloqueó el aterrizaje de un avión con migrantes encadenados por orden de Donald Trump, y defendió que los pueblos latinoamericanos tienen un derecho histórico a transitar desde Alaska hasta la Patagonia. “Los migrantes no sobran, nos hacen falta”, expresó, cuestionando la persecución contra comunidades desplazadas.
En cuanto al cambio climático, Petro criticó duramente la negación de esta crisis por parte de líderes políticos como Trump, comparando esa postura con el pensamiento filosófico que antecedió al nazismo. Afirmó que la humanidad se acerca a un colapso climático, que incluso lleva a las nuevas generaciones a renunciar a tener hijos por la desesperanza frente al futuro. Para él, el capitalismo se encuentra en su fase final, pero amenaza con arrastrar consigo a toda la vida humana si no se logra separar el capital de la existencia misma.
Finalmente, el mandatario cuestionó la propia arquitectura de Naciones Unidas, acusándola de inoperancia frente a los crímenes de guerra y la crisis climática. Llamó a repensar el papel de la humanidad frente a los Estados y concluyó con una frase que resumió su intervención: “Si cae Gaza, cae la humanidad”.




