La ex reina de belleza Laura Gallego volvió a estar en medio de la polémica luego de protagonizar una dura discusión con la periodista Vanessa de la Torre. A través de redes sociales, Gallego usó un lenguaje ofensivo al referirse a la comunicadora, afirmando que consideraba un “halago” llamarla “menos que suripanta”.
El incidente generó inmediato rechazo y debate público, pues muchos consideraron que las agresiones verbales representan un retroceso en el respeto al diálogo y la convivencia mediática. Usuarios en redes, colegas periodistas y figuras públicas reaccionaron señalando que dichos ataques no aportan al debate, más aún cuando provienen de una figura pública.
Además, Gallego añadió en su mensaje una declaración polémica: aseguró tener un “amor escondido” por el presidente del país, lo que intensificó aún más las críticas y puso en el centro del debate la conveniencia de mezclar expresión pública, opiniones personales y agresiones en plataformas digitales.
Vanessa de la Torre no ha respondido directamente a los insultos hasta el momento. Pero el episodio reavivó una preocupación creciente: cómo ciertas figuras usan su visibilidad para emitir ofensas, y cómo esto afecta la circulación del respeto y la ética en redes sociales.




