Las orquídeas suelen venir con varillas o tutores que sostienen sus flores para mantenerlas erguidas. Sin embargo, muchos aficionados al cuidado de plantas se preguntan si deben retirar estos soportes una vez termina la floración. Una especialista en cultivo de orquídeas lo aclara: sí, retirarlas puede ser beneficioso, pero debe hacerse en el momento adecuado.
A continuación, te explicamos cuándo y cómo hacerlo, y por qué este simple gesto puede ayudar a que tus orquídeas crezcan con más fuerza.
¿Para qué sirven las varillas en las orquídeas?
Las varillas cumplen una función estética y práctica: mantienen la vara floral recta y evitan que el peso de las flores la quiebre. Esto es especialmente útil durante su venta o exhibición, cuando se busca que la planta luzca perfecta.
Sin embargo, una vez que la floración termina, la vara ya no necesita ese soporte artificial.
¿Hay que retirar las varillas? La respuesta de la experta
Según la horticultora especializada en orquídeas, retirar las varillas después de la floración permite que la planta crezca de manera natural, lo cual fortalece sus tejidos y mejora futuras floraciones.
La especialista explica que cuando la orquídea no depende de un tutor, su tallo desarrolla más resistencia, ya que debe sostenerse por sí misma frente al viento o el movimiento.
Este proceso fortalece la estructura general de la planta, similar a cómo los árboles crecen más robustos cuando el viento los “ejercita”.
¿Cuándo es el momento correcto para quitar la varilla?
La recomendación es esperar a que:
- Todas las flores hayan caído.
- La vara floral esté seca o haya dejado de producir brotes.
- La planta inicie su periodo de reposo.
En esta etapa, la estructura ya no necesita soporte y la orquídea enfocará su energía en raíces y nuevas hojas.
Cómo quitar la varilla sin dañar la planta
Para hacerlo de forma segura:
- Corta la brida o gancho que sostiene la vara a la varilla.
- Retira la varilla lentamente, deslizándola sin forzar la base.
- Desinfecta la zona si hiciste algún corte accidental.
- Revisa la planta y elimina solo partes secas o dañadas.
Este procedimiento evita estrés innecesario y prepara a la orquídea para su siguiente ciclo.
¿Qué pasa si decides dejar la varilla?
No es dañino mantenerla, pero la orquídea no desarrollará la misma fortaleza en su tallo. Además, mantener tutores innecesarios puede favorecer la acumulación de humedad o moho si no se limpia adecuadamente.
Conclusión: permitir que crezca por sí misma la beneficia
Retirar la varilla no solo es seguro, también favorece el crecimiento natural y la fortaleza estructural de la orquídea. Este pequeño ajuste en el cuidado diario puede marcar la diferencia en sus próximas floraciones.




