El Ministerio de Ambiente reafirmó su postura en contra del fracking en Colombia, argumentando los riesgos ambientales que esta técnica representa para los ecosistemas y las fuentes de agua. Esta declaración se da en medio de presiones de sectores económicos y petroleros que insisten en la necesidad de explorar nuevas fuentes de energía.
Las empresas del sector han advertido que la prohibición del fracking podría generar una disminución en la autosuficiencia energética del país y afectar los ingresos fiscales. De hecho, gremios como la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP) han solicitado una mesa de diálogo con el Gobierno para discutir alternativas que permitan aprovechar los recursos sin comprometer el medio ambiente.
Por su parte, organizaciones ambientales han respaldado la decisión del Ejecutivo y piden que se refuercen las inversiones en energías renovables. La discusión sigue abierta en el Congreso, donde algunos legisladores buscan impulsar un proyecto de ley que prohíba definitivamente el fracking en el país.
