Nilson Manuel Gómez Piedrahíta no viene de una familia tradicionalmente política, ni heredó poder ni padrinazgos. Su historia comenzó entre espejos y tijeras, atendiendo a clientes en su pequeña barbería, donde además de cortes, ofrecía oídos atentos y conversaciones profundas sobre los problemas sociales de su comunidad. Hoy, ese mismo hombre ocupa una curul como diputado en la Asamblea del Cauca.
Originario de una zona popular, Nilson fue testigo directo de las carencias, el abandono institucional y la falta de oportunidades en los territorios rurales. Su liderazgo nació en el diálogo cotidiano con vecinos y clientes, donde se forjó como un vocero espontáneo de quienes no tenían voz en las instancias de poder.
Su llegada a la política no fue casual. Durante años lideró procesos comunitarios, promovió proyectos sociales y se convirtió en un referente para los jóvenes que, como él, buscan caminos alternativos para transformar su entorno. Su campaña electoral fue austera, basada en el contacto directo con la gente y en un mensaje claro: representar desde la experiencia de lucha, no desde los privilegios.
Hoy, como diputado, Gómez Piedrahíta asegura que su compromiso sigue siendo con quienes caminan a pie, con quienes madrugan a trabajar sin garantías, y con quienes han aprendido a resistir desde la dignidad.
