El representante del Pacto Histórico David Racero enfrenta su peor crisis política tras quedar en el ojo del huracán por una doble investigación que lo señala tanto de explotar trabajadores en condiciones «inhumanas» como de usar recursos públicos para beneficio personal en su negocio familiar.
El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, confirmó que abrirá una investigación tras conocerse un audio devastador donde Racero describe jornadas laborales de «hasta 13 horas sin prestaciones sociales» por un salario miserable de apenas un millón de pesos en el fruver operado por su familia durante 2020.
«De eso está lleno el mundo empresarial colombiano», declaró Sanguino en diálogo con La W, señalando que el caso del congresista refleja exactamente la «precariedad laboral» que su ministerio busca erradicar, convirtiendo a Racero en el símbolo perfecto de la explotación que dice combatir.
Paralelamente, el Consejo de Estado admitió una demanda de pérdida de investidura que acusa al legislador de destinar a un miembro de su Unidad de Trabajo Legislativo a labores comerciales privadas en su fruver bogotano entre noviembre de 2020 y enero de 2021.
La denuncia, respaldada por «fotos, audios y chats» revelados por la prensa, expone cómo el congresista habría convertido a un colaborador pagado con dineros públicos en empleado de su negocio personal, configurando un escándalo de malversación que amenaza con costarle su curul y su futuro político.




