La crisis de biodiversidad en el planeta fue abordada por cerca de 100 mujeres que concluyeron que la solución está en el rompimiento de paradigmas, como la falta de equidad y la desigualdad.
Para Elsa Matilde Escobar, autora del libro ‘Mujeres y cambio climático: un futuro con esperanza’, la crisis climática cada vez es más grave y afecta directamente a las mujeres pero, según ella, “la falta de soluciones obedece a que no se atacan los paradigmas”.
Para Elsa, un paradigma es que “las soluciones que se están planteando para revertir estos problemas ambientales, están basadas en los mismos paradigmas que los han creado: el patriarcado, la desigualdad, la falta de equidad, la concentración de la riqueza”. Elsa considera necesario empezar por romper ese paradigma que nos hace creer que la naturaleza está a nuestro servicio para explotarla y explotar sus recursos, cuando, la verdad, es que somos parte de la naturaleza.
Asimismo, se planteó la necesidad de no desvirtuar el conocimiento natural que las mujeres han tenido generación tras generación. “Es momento de pensar en una transformación, rompiendo dichos paradigmas con amor”, precisó una de las asistentes.
Para Vilma Rocío Almendra Quiguanás, asistente al foro, se debe “caminar la palabra’, ‘caminar el pensamiento’, porque es necesario comunicar, entendiendo lo que está pasando, entendiendo dónde estamos, porque eso es lo que nos permitirá ver cómo nos tejemos y construimos como sociedad”.
Liliana Moreno habló de ‘conectar con la gratitud’, de reconocer la incertidumbre y, a través de ella, pensar como un colectivo con esperanza. En su visión más holística agregó, “conectar con la gratitud quiere decir reconocer todo lo que nos sostiene, reconocer que hacemos parte de la red de la vida, que nuestra existencia va mucho más allá de estos cuerpos de animal humano que somos y que somos parte de una red que, además, es una expresión de belleza. Reconectar con la gratitud es algo que permite abrir el corazón y, por eso, es tan importante para mantenernos en la esperanza”.
Adalgiza Charria, miembro del equipo organizador de la Cumbre, destacó su realización “porque es vital que se reconozca que todas las acciones que las mujeres hacen en biodiversidad, cuidando la vida, también son acciones contrahegemónicas a los modelos depredadores del planeta. Creo que es importante visibilizar ese y unos nuevos paradigmas que las mujeres están incorporando y asumiendo en sus vidas, que retan e inspiran y son necesarios para cambiar este modelo y este orden de cosas que nos tiene al borde del colapso de la vida”.
Matilde Mora Poveda, de las Mujeres Campesinas de Colombia y asistente al evento, lo destacó como “una actividad muy importante. Me parece una ocasión para podernos sentar y compartir distintas miradas, distintos deseos, distintas proyecciones y conocer también experiencias y ejercicios que están haciendo las mujeres, que estamos haciendo desde los territorios, que estamos pensándonos frente al tema de la biodiversidad, frente al tema de la vida, frente al tema de la naturaleza y de la paz”.
Nini Joana Bolaños, quien acudió al evento desde el Cañón del Micay, en el municipio de Argelia, departamento del Cauca, piensa que este “es un evento muy importante, porque podemos reunir las experiencias y las realidades de nuestro territorio. Son eventos donde podemos contar nuestros procesos, nuestras historias y mancomunar o abrazar experiencias”. Por eso, considera que es un evento en el que deben seguir participando, porque falta mucho por concretar, mucho por hacerlo realidad.




