Cuidado de la piel: consejos esenciales para rostro, manos, pies y más

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La piel, ese gran órgano visible y expuesto, actúa como una barrera frente a agentes externos como el sol, el frío, el calor, los productos químicos y microorganismos. Con el paso del tiempo, y debido a factores como el estrés, la alimentación, el tabaco y la radiación solar, va perdiendo elasticidad, firmeza y humedad, y pueden aparecer manchas o cambios en la pigmentación. Por eso, resulta vital cuidarla en todas las épocas del año.

Cuidado del rostro

  • El rostro está expuesto a radiaciones ultravioletas, condiciones climáticas adversas y contaminantes ambientales. Estas agresiones pueden acelerar el envejecimiento, por lo que es fundamental mantener una adecuada protección solar, además de usar sombreros o gorras que reduzcan la exposición.
  • La piel grasa genera una capa protectora que ayuda a repeler estos agentes nocivos; sin embargo, requiere limpieza adecuada para evitar problemas como la foliculitis.
  • En cambio, la piel seca pierde su manto protector con facilidad, lo que facilita la aparición de lesiones descamativas o inflamatorias. Es recomendable mantenerla hidratada durante el día y limpiarla dos veces con productos suaves (esponjas o cepillos delicados), evitando dañar la piel.
  • También se aconseja reducir el consumo de tabaco, manejar el estrés y realizar suaves masajes faciales (sin estirar la piel) para mejorar la firmeza. ¡Una buena risa también es un gran aliado!

Cuidado de las manos

Las manos sufren agresiones constantes, especialmente al estar en contacto con detergentes, colorantes u otras sustancias químicas que degradan su manto graso protector. Esto puede causar sequedad, descamación o incluso grietas dolorosas.

  • Usa guantes al manipular estos productos. Si sientes irritación, prueba usar guantes de algodón debajo.
  • Aplica crema hidratante varias veces al día, incluso si estás usando guantes, ya que el calor favorece su absorción. Una buena práctica es usar la crema antes de dormir y cubrir las manos con guantes de algodón durante la noche para una hidratación profunda.

Adicionalmente, recuerda cuidar bien tus uñas: córtalas de forma recta usando cortaúñas (no tijeras), y evita arrancar uñas lesionadas; en su lugar, protege con una venda y deja que la uña nueva crezca naturalmente. Si hay astillas, retíralas con unas pinzas desinfectadas con fuego. En casos más delicados, como un hipótension dolorosa o un anzuelo clavado, acude al especialista para su manejo adecuado.

Cuidado de los pies

Lavarlos diariamente y secarlos bien, especialmente entre los dedos, es esencial —sobre todo si sudas mucho— para evitar olores, infecciones o problemas fúngicos.

  • El calzado inadecuado o los tacones altos pueden sobrecargar la parte delantera del pie, provocando deformaciones, rozaduras y zonas de piel dura. Para eliminar callos, puedes usar piedra pómez; si persisten o son dolorosos, consulta a un especialista.
  • En niños, un calzado heredado o mal ajustado puede predisponer al desarrollo de problemas similares en el futuro, por lo que es aconsejable prestarle atención desde temprano.

Dermatitis y lesiones inflamatorias

El contacto con productos químicos (no solo detergentes, sino también cemento o materiales de bricolaje) puede provocar dermatitis, con síntomas como enrojecimiento, descamación o grietas dolorosas.

  • Evita la automedicación con cremas que contengan corticoides; su uso prolongado puede causar efectos adversos a través de la piel. En todo caso, su empleo debería ser siempre bajo supervisión médica.

Hidratación general

Además de los cuidados específicos, mantener una buena hidratación bebiendo agua frecuentemente es fundamental. Esto ayuda a conservar la piel hidratada, eliminar toxinas y regular la temperatura corporal, beneficiando a la piel del rostro, manos, cuerpo y pies por igual.


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