El trágico hallazgo del subintendente de la Policía Nacional, Julián Andrés Garzón Giraldo. Fallecido con un disparo en la cabeza el 20 de julio en una estación de policía de Curillo, Caquetá, ha desencadenado una serie de cuestionamientos y un dolor profundo entre sus seres queridos.
La progenitora del oficial, Martha Giraldo, ha rechazado de manera contundente la versión oficial de suicidio. Y está exigiendo una investigación exhaustiva para esclarecer las circunstancias de la muerte de su hijo.
Las dudas, los cuestionamientos y el dolor profundo
El caso ha sido marcado por serias inconsistencias en la información proporcionada por las autoridades. Según los primeros reportes, Julián Garzón fue encontrado muerto en una cama de la estación de Policía, pero las versiones sobre la hora exacta de su fallecimiento varían considerablemente.
Se han manejado dos horarios distintos: las 3:00 a.m. y las 5:30 a.m., lo que ha generado una profunda desconfianza entre la comunidad y ha aumentado las sospechas sobre la transparencia de la investigación.
Incredulidad
Martha Giraldo ha insistido en que su hijo, con 20 años de servicio en la Policía. Tenía un perfil impecable y no enfrentaba problemas personales que pudieran llevarlo al suicidio. «Él se fue para la Policía porque amaba ese uniforme», declaró la progenitora, subrayando que Julián era un hombre dedicado a su trabajo. Sin problemas económicos, disciplinarios o sentimentales. También resaltó que su hijo tenía una familia amorosa, incluyendo una esposa trabajadora y una hija a quien adoraba. Elementos que, según ella, contradicen la idea de un suicidio.
Llamado a la verdad
El rechazo de la acongojada mamá a la teoría del suicidio está basado en la falta de una explicación convincente. Que aclare las inconsistencias en el caso. Ella ha manifestado su disposición a pedir perdón públicamente si se demuestra que su hijo se suicidó. Pero exige una investigación detallada que esclarezca la verdad. La falta de un informe oficial y de un dictamen de medicina legal ha mantenido a sus allegados en un estado de incertidumbre y desesperación.
La tragedia ha dejado a familiares, amigos y conocidos de Julián Garzón sumidos en el duelo y la búsqueda de justicia. La devastada madre ha tenido que enterrar a su hijo con el uniforme que él había preparado para un supuesto ascenso. Un símbolo del futuro que se le fue arrebatado.
Los ciudadanos claman por respuestas claras y un esclarecimiento de las circunstancias que rodean la muerte del subintendente, mientras enfrentan la angustia y el dolor de una pérdida inexplicable.
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Pie de foto: Martha Giraldo, afectada.
