Cúcuta Deportivo cerró la jornada con una derrota por 2-0 frente a Atlético Huila en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué, un resultado que golpea sus aspiraciones inmediatas, pero que no lo deja sin opciones de alcanzar la final del Torneo de Ascenso. El equipo motilón se vio superado en momentos clave y ahora deberá recomponer su camino en la última parte del cuadrangular.
El conjunto rojinegro llegó con la responsabilidad de asegurar un resultado que lo acercara al objetivo, pero a lo largo del compromiso no logró imponer su ritmo. La falta de precisión en la mitad de la cancha y los espacios cedidos en defensa facilitaron el trámite para un rival que se jugaba su última carta.
Aunque el marcador final refleja una derrota dolorosa, el cuadro cucuteño aún permanece con vida en la tabla del Grupo B. Los resultados paralelos y la diferencia de puntos permiten que el equipo dependa de una combinación favorable para disputar el título del semestre y mantenerse firme en su lucha por ascender.
La caída en Ibagué obliga al club a replantear detalles tácticos y reenfocar sus energías en lo que viene. Sin embargo, dentro del grupo permanece intacta la convicción de que todavía es posible alcanzar la final y pelear por el anhelado regreso a la máxima categoría del fútbol colombiano.
Ese sueño de volver a la Primera División está profundamente ligado a la historia del club, que ya supo alcanzar la gloria en 2006 cuando levantó su único título en la categoría A. Ese logro marcó una época dorada y consolidó la identidad competitiva que hoy sus hinchas anhelan recuperar.
Además, el recuerdo de la extraordinaria campaña en la Copa Libertadores 2007, donde el equipo llegó hasta las semifinales, sigue siendo un símbolo de orgullo para la institución. Aquella gesta internacional aún inspira a la afición y alimenta la esperanza de revivir días de protagonismo.
Con la derrota asumida pero las matemáticas aún a favor, Cúcuta Deportivo deberá afrontar su próximo desafío con determinación absoluta. La ilusión del ascenso continúa viva, impulsada por su historia, por su gente y por el deseo de volver a ocupar un lugar entre los grandes del país.
