Cuando tu estómago gruñe, no es sólo hambre, es tu cuerpo activando la autofagia, un proceso biológico que literalmente significa «autocomer. Este notable sistema permite a tus células descomponer componentes viejos, dañados o tóxicos y reciclarlos en energía limpia y utilizable. Después de unas 14-16 horas sin comida, los niveles de insulina disminuyen y tu cuerpo pasa de la digestión a la reparación celular profunda. Las mitocondrias se refrescan, las proteínas mal dobladas se eliminan y los residuos celulares se desmantelan dejándote con células más sanas y eficientes. Este proceso puede incluso reducir el riesgo de Alzheimer, Parkinson y diabetes tipo 2.La autofagia no es una tendencia de bienestar, es una ciencia ganadora del premio Nobel. En 2016, el Dr. Yoshinori Ohsumi recibió el Premio Nobel por descubrir los mecanismos detrás de él. Desde entonces, la investigación ha demostrado que el ayuno intermitente u ocasional ayuno de 24 horas puede impulsar la salud del corazón, reducir la inflamación, mejorar la cognición, mejorar la función metabólica y ralentizar ciertos signos de envejecimiento. Los subproductos de la autofagia – aminoácidos, azúcares, ácidos grasos no se desperdician; tu cuerpo los recicla para construir células nuevas y más fuertes o para alimentar funciones esenciales. Es el restablecimiento interno definitivo.En muchos sentidos, el hambre es curación. Nuestros antepasados ayunaron naturalmente durante los períodos de escasez de alimentos, permitiendo que sus cuerpos repararan y rejuvenecieran. Hoy en día, la comida constante a menudo interrumpe este sistema antiguo y restaurativo. Pero las ventanas de ayuno cortas y oportunas pueden desencadenar con seguridad la autofagia para la mayoría de los adultos sanos. (Por supuesto, las mujeres embarazadas y las personas con problemas médicos siempre deben consultar primero a un médico.)Así que la próxima vez que sientas hambre entrando, recuerda: tu cuerpo puede no estar llorando, puede que esté reparando, limpiando, rejuveneciendo, y haciéndote más fuerte desde dentro hacia fuera. Referencias / Créditos:Ohsumi, Y. (2014). Investigación celular; Mattson, M. P., Longo, V. D., & Harvie, M. (2017). Reseñas de investigación sobre el envejecimiento; Panda, S. (2016). Ciencia; Levine, B., & Kroemer, G. (2019). Celda; Menzies, F. M., et al. (2015). Nature Reviews Neurociencia; Longo, V. D., y Panda, S. (2016). Metabolismo celular; Yang, L., et al. (2010). Metabolismo celular; Madeo, F., et al. (2015). Diario de Investigación Clínica #fblifestyle



