Yajaira Perea, comunicadora, periodista y presentadora afrocolombiana, reconocida en 2020 como Afrocolombiana del Año en la categoría de Medios y Periodismo, se ha consolidado como una voz clave en la televisión nacional. Su trabajo articula identidad, memoria y justicia racial, llevando a la pantalla una mirada que dignifica las historias de las comunidades afrodescendientes.
Ha sido corresponsal para medios internacionales y actualmente hace parte de la televisión pública en Colombia. En julio de este año vivió un episodio de racismo en el transporte público de Bogotá, cuando una mujer la agredió verbalmente por su color de piel. Perea denunció la situación, recibió apoyo ciudadano y destacó la labor tanto del conductor como de la Policía que la acompañaron en el proceso. El hecho se volvió viral y abrió un debate sobre cómo la sociedad colombiana cada vez rechaza más estos actos discriminatorios.
Más allá de este suceso, su labor periodística se ha destacado recientemente en la cobertura del tercer viaje de la vicepresidenta Francia Márquez a África, desde países como Etiopía, Mozambique, Madagascar y Nigeria. En sus reportajes, Perea resaltó no solo los acuerdos políticos alcanzados, sino también los aspectos culturales y humanos que fortalecen el vínculo histórico entre África y Colombia.
Para ella, ejercer el periodismo desde la identidad afro es un acto colectivo, una forma de resistir a los estereotipos y de reafirmar las memorias ancestrales. Considera que los medios deben integrar la perspectiva racial y étnica como parte esencial de sus narrativas, y no como un elemento accesorio.
Durante la gira internacional, la periodista fue recibida en varias ocasiones con la frase “Welcome back” (“Bienvenida de vuelta”), un gesto que interpretó como un reconocimiento profundo a sus raíces y al vínculo que une a las comunidades afrodescendientes con África.
La trayectoria de Yajaira Perea demuestra que hacer periodismo desde lo afro no solo informa, sino que también transforma imaginarios. Su trabajo, junto al liderazgo de figuras como Francia Márquez, abre espacios para nuevas generaciones y marca un precedente en la lucha por la visibilidad y la justicia cultural.




