La frustración de los hinchas del Atlético Huila se hace cada vez más evidente, luego de más de dos años de administración marcada por promesas incumplidas y resultados decepcionantes. Los aficionados recuerdan con amargura cómo se les prometió desarrollar un proyecto similar al de Independiente del Valle, que llevara al equipo a consolidarse en la élite del fútbol colombiano y devolverle la gloria a la tierra opita. Sin embargo, la realidad ha demostrado que esas expectativas fueron apenas ilusiones. Tras recibir al equipo en la máxima categoría, y luego de participar en tres torneos bajo esta administración, los seguidores no ven más que fracasos deportivos y decisiones cuestionables que han debilitado la identidad y la conexión histórica del club con su hinchada. Muchos apuntan directamente al presidente, Michel Deller y critican la manera en que ha delegado responsabilidades clave en personas consideradas incapaces de manejar la compleja estructura de la institución.
La nostalgia por los tiempos del ingeniero Juan Carlos Patarroyo, reconocido por su entrega y pasión por preservar viva la identidad del equipo, se hace cada vez más fuerte entre los hinchas. Patarroyo enfrentó dificultades económicas y administrativas con el único objetivo de mantener un club que representara orgullo y arraigo para la región, llevando al Huila a disputar finales de la Liga Colombiana y a participar en torneos internacionales como la Copa Sudamericana.
Hoy, los seguidores expresan dolor al ver cómo la administración actual ha alejado al equipo de los medios y de la comunidad, generando sensación de opacidad y falta de compromiso con los aficionados. Muchos hinchas sienten que el club, que durante décadas fue símbolo de identidad local, corre el riesgo de dejar de pertenecer a la tierra que lo vio nacer.
La crítica se centra no solo en los resultados deportivos, sino en la gestión administrativa y comunicativa: decisiones cuestionables, promesas incumplidas y la sensación de abandono hacia quienes han sostenido al equipo con su pasión y lealtad. La desilusión ha llevado a que los huilenses se distancien progresivamente del club, reflejando un desgaste emocional y una pérdida de confianza que podría marcar una nueva etapa de incertidumbre para el Atlético Huila.
Los seguidores esperan que esta situación motive reflexiones y cambios significativos, de manera que la historia y la identidad del club no se pierdan, y que la pasión de los hinchas vuelva a encontrar respuesta en quienes dirigen la institución.




