CRISIS POR ORDEN PÚBLICO

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La reciente escalada de violencia en el Cauca, marcada por ataques simultáneos en seis municipios y el asesinato de un policía en el corregimiento de El Carmelo (Cajibío), abrió un debate sobre la eficacia y rapidez de los refuerzos de la Fuerza Pública. Durante los enfrentamientos, agentes en tierra denunciaron que “suplicaban una y otra vez” la llegada de apoyos aéreos y terrestres, generando interrogantes sobre la demora. El ministro de Defensa, general Pedro Sánchez, arribó a Popayán para dar explicaciones y coordinar acciones frente a la ola de violencia desatada por disidencias de las Farc.

El jefe de la cartera de Defensa justificó la aparente tardanza en la llegada de refuerzos argumentando que las condiciones del terreno y el uso de tecnología por parte de los grupos armados incidieron en la operación. Según explicó, El Carmelo es un área de carácter semiurbano donde el despliegue de apoyos debía realizarse con cautela para evitar daños mayores.

“Los apoyos llegaron inmediatamente, según se dieron las condiciones. Lo complejo fue que se presentaban dos factores: la zona semiurbana y el uso de drones, que ponían en grave riesgo la maniobra. Por eso se debía trabajar con un margen de seguridad mayor, para que la ayuda no terminara en una tragedia aún más grande”, señaló Sánchez.

Los refuerzos contemplaron la participación de aeronaves como los aviones Super Tucano y, de manera inicial, los llamados aviones Fantasma, que fueron empleados para configurar la respuesta militar.

El ministro reconoció que el uso de drones por parte de los grupos armados ilegales ha cambiado la dinámica de los enfrentamientos y que la tecnología disponible actualmente en la Fuerza Pública no ha sido suficiente para neutralizar estas amenazas. “Están empleando una tecnología que ha transformado, de alguna manera, nuestra capacidad de respuesta”, admitió.


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