Desde enero de 2025, la región del Catatumbo, en Norte de Santander, enfrenta una grave crisis humanitaria. Los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del Frente 33 de las FARC han dejado al menos 71 muertos y más de 56.000 desplazados, según reportes oficiales. Además, cerca de 47.000 niños han perdido el acceso a la educación debido a la violencia.
La situación se ha visto agravada por la escasa presencia del Estado en la región y la falta de coordinación entre las autoridades locales y nacionales. El gobierno ha declarado el estado de conmoción interior y emergencia económica en el Catatumbo, implementando medidas como subsidios del 90% en servicios públicos y la creación de un comandante militar para la zona.
Organizaciones sociales han expresado su preocupación por la posible criminalización de las comunidades afectadas y la militarización de la región. A pesar de los esfuerzos gubernamentales, la violencia persiste, y se teme que la situación se convierta en una «guerra total», como advirtió el ELN.




