Desde el 16 de enero de 2025, la región del Catatumbo, en Norte de Santander, ha sido escenario de una escalada de violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC-EP. Estos enfrentamientos han dejado al menos 56 muertos y más de 54,000 personas desplazadas, en su mayoría civiles que huyen de los combates.
La crisis ha afectado gravemente a la población, con cerca de 47,000 niños sin acceso a educación debido al cierre de escuelas. Además, se han reportado confinamientos masivos y una emergencia humanitaria que supera las registradas desde 1997.
En respuesta, el gobierno de Gustavo Petro declaró la conmoción interior en la región, otorgando facultades especiales al Ejecutivo para garantizar el suministro de alimentos y facilitar la expropiación de tierras para el retorno de los desplazados. Se desplegaron más de 5,000 soldados y se implementaron operativos conjuntos con fuerzas venezolanas para combatir al ELN en la frontera.




