En enero de 2025, la crisis energética sigue siendo un tema central a nivel mundial, con el aumento de los precios del gas y el petróleo afectando a millones de personas en todo el mundo. La incertidumbre política y económica en varias regiones, incluida Europa y América del Norte, ha empeorado la situación, lo que ha generado protestas en varios países. A pesar de ello, la presión para acelerar la transición hacia energías renovables continúa creciendo, con nuevas inversiones y proyectos en solar y eólica impulsados por gobiernos y empresas privadas.
Al mismo tiempo, el creciente uso de tecnologías como la energía solar fotovoltaica y los sistemas de almacenamiento de energía ha abierto un debate sobre la viabilidad de una transición energética global rápida. Expertos en energía instan a una mayor cooperación internacional y a un esfuerzo más coordinado para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, a medida que la comunidad global lucha por abordar el cambio climático.




