Crisis en Tuluá: Estructura Criminal La Inmaculada Recluta Menores para Cometer Delitos bajo Efectos de Drogas

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El panorama de reclutamiento de menores en Colombia | EL UNIVERSAL -  Cartagena

Tuluá, Valle del Cauca, 22 de febrero de 2024 – La ciudad de Tuluá se encuentra en alerta máxima debido a la crisis de orden público generada por los recientes actos de violencia perpetrados por la estructura criminal La Inmaculada. Según informes revelados por la revista Semana, la organización ha diseñado una estrategia para cometer delitos de alto impacto, reclutando jóvenes entre los 12 y 17 años, adoctrinándolos y manipulándolos con fines delictivos.

La Inmaculada, conocida por reclutar a jóvenes vulnerables de estratos socioeconómicos desfavorables, ha llamado la atención por su táctica de hacer que estos jóvenes se vuelvan adictos a estupefacientes, como el 2CB o «cocaína rosada». Bajo los efectos de estas sustancias, los reclutas cometen homicidios y extorsiones, buscando reducir las consecuencias judiciales.

Un informe policial indica que se han identificado al menos 30 sicarios, todos menores de edad, que forman parte de esta estructura criminal. La investigación revela detalles sobre cómo reclutan a estos jóvenes, utilizando videojuegos violentos y de armas para ganar su confianza, luego ofreciéndoles incentivos como dinero, ropa y celulares para que se unan a la banda. Una vez reclutados, se les asignan roles, desde labores de campaneo hasta funciones de coordinación de zona y sicariato, pagándoles entre uno y cinco millones de pesos.

Se estima que hay alrededor de 112 hombres trabajando para La Inmaculada en Tuluá, pero las autoridades sugieren que la cifra real podría ser mucho mayor, ya que la banda ha expandido su influencia hacia el Quindío y Popayán (Cauca).

Los líderes identificados, conocidos como Pipe Tuluá, Care Vieja, Nacho, Care Gallo y Juaco, son responsables de la manipulación de menores como estrategia para fortalecer la organización. La ciudad de Tuluá se ha dividido en ocho zonas, cada una gestionada por La Inmaculada para controlar el microtráfico, homicidios y extorsiones.

En cuanto a la extorsión, se informa que la banda cobra sumas que van desde $500,000 mensuales a comerciantes para proteger sus negocios. Aquellos que se niegan a pagar se convierten en blancos para los sicarios, quienes utilizan granadas como advertencia atacando locales comerciales. La Policía del Valle del Cauca está trabajando arduamente para contener la crisis y desmantelar esta peligrosa estructura criminal.


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