
En medio de una creciente preocupación por la falta de dirección en el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), la polémica se intensifica con la reciente modificación del manual de funciones y competencias laborales en la entidad. La crítica principal se centra en la ausencia de un director designado en los 18 meses de gobierno, a pesar del anuncio del presidente Petro sobre Germán Velásquez en octubre pasado, quien finalmente desistió ante la demora en el proceso.
La situación toma un giro alarmante con la modificación de los requisitos para el cargo de director del Invima, reflejada en la Resolución 2024001339 del 15 de enero de 2024. Anteriormente, se exigían títulos profesionales en áreas específicas relacionadas con la salud y ciencias afines, pero ahora solo se requiere un título profesional en cualquier disciplina académica. Esta decisión ha generado fuertes críticas, con acusaciones de politización y falta de idoneidad en la elección de liderazgo.
En medio de las reacciones, Enrique Gómez Martínez, director del Partido Salvación Nacional, denuncia que el manual del Invima ha sido modificada de manera «antitécnica» permitiendo incluso a filósofos aspirar al cargo. Por otro lado, el representante a la Cámara Hernán Cadavid del Partido Centro Democrático califica la situación como una muestra de la «mediocridad del gobierno».
La falta de un liderazgo claro ha llevado a la entidad a pasar por cuatro directores encargados en un corto periodo, generando inestabilidad y preocupación sobre la toma de decisiones a largo plazo. Francisco Rossi, el primer director encargado, lamenta que la institución haya quedado en un estado de encargo tras su renuncia, incapaz de tomar decisiones estratégicas.
Las consecuencias de esta crisis de liderazgo se reflejan en la escasez de medicamentos en el país desde el año pasado. Se señala al Ministerio y al Invima por su presunta negligencia en la prevención de esta situación. La Procuraduría General de la Nación ha iniciado una investigación para determinar la responsabilidad de los funcionarios en el desabastecimiento de medicamentos.
En este contexto, la incertidumbre persiste sobre el futuro del Invima y la capacidad del gobierno para cumplir sus promesas en el sector de la salud. Con la necesidad urgente de un liderazgo sólido y comprometido, la salud pública se ve amenazada por la falta de dirección y decisiones concretas en una entidad clave para la vigilancia de medicamentos y alimentos en el país.




