El dirigente Mario Pinto señaló que persisten los riesgos por derrumbes, contaminación, minas, escombreras y falta de limpieza en sumideros, mientras entidades no logran ejecutar un plan de acción.
El líder social Mario Pinto manifestó su profunda preocupación por la crítica situación que enfrenta la quebrada La Loreana, ubicada en el barrio Chapal de la ciudad de Pasto, y denunció la falta de articulación entre las diferentes dependencias de la administración municipal para atender esta emergencia ambiental.
Durante una reciente reunión sostenida con autoridades locales y miembros de la comisión accidental del Concejo Municipal de Pasto, Pinto advirtió que, a pesar de los múltiples llamados de atención por parte de la comunidad, no se ha logrado consolidar una respuesta institucional unificada para mitigar los diversos riesgos que amenazan no solo la quebrada, sino la seguridad y salud de los habitantes del sector.
Contaminación
El líder explicó que en el lugar confluyen varios factores de alto impacto ambiental, entre ellos, la acumulación de escombros, la operación de minas cercanas, los residuos provenientes de un antiguo matadero y otras sustancias contaminantes que están alterando el cauce natural de la quebrada La Loreana.
“Se han hecho denuncias y se han propuesto acciones, pero seguimos viendo cómo el deterioro avanza. Las entidades llegan, escuchan, pero no hay un plan de intervención real ni sostenido en el tiempo. Lo más preocupante es que cada oficina trabaja por su cuenta, sin una coordinación clara ni ejecución concreta”, afirmó.
Pinto señaló que la comisión accidental del Concejo ha venido cumpliendo su labor de seguimiento, pero que la ausencia de decisiones operativas entre las secretarías y entes municipales ha impedido que las acciones se concreten. Indicó que se están perdiendo oportunidades clave para recuperar esta fuente hídrica y prevenir nuevas emergencias por deslizamientos e inundaciones.
Alerta
Otro de los temas sensibles que se abordaron en la reunión fue la presencia de escombreras ilegales en las zonas aledañas a la quebrada, las cuales estarían generando taponamientos y acumulaciones que alteran el flujo del agua. A esto se suma la existencia de actividades mineras que, según la comunidad, no cuentan con controles ambientales rigurosos.
Además, aún se perciben rastros de contaminación derivados del antiguo matadero que funcionaba en la zona, cuyas sustancias residuales estarían llegando al afluente, afectando no solo la calidad del agua, sino también el ecosistema de la quebrada.
“Estamos hablando de una fuente hídrica viva, pero vulnerada. Los niños juegan cerca, las familias viven en riesgo, y el terreno ya muestra señales de desgaste y posibles derrumbes. Esta no es una simple alerta ambiental, es una bomba de tiempo social y de salud pública”, advirtió el líder barrial.
Pinto anunció que el próximo mes se presentará un nuevo consolidado de acciones, con propuestas y evidencias del estado actual de la quebrada, en un nuevo espacio de la comisión accidental. Sin embargo, insistió en que los resultados solo se verán si existe voluntad política real y compromiso técnico de todas las entidades competentes.
Riesgo
Uno de los anuncios que más desconcierto causó entre los asistentes al encuentro fue la declaración del gerente de Empopasto, quien manifestó que la empresa no continuará con las labores de limpieza de sumideros y alcantarillas, tareas que, según indicó, ahora recaen en la Secretaría de Infraestructura debido a un cambio normativo.
Pinto expresó su rechazo ante esta postura, al considerar que se trata de un servicio básico que ha venido siendo asumido históricamente por Empopasto y que es clave para evitar emergencias durante la temporada de lluvias.



