Venezuela anunció la revocatoria de los permisos de operación a seis aerolíneas internacionales luego de que estas suspendieran temporalmente sus rutas hacia el país, en respuesta a una advertencia emitida por Estados Unidos sobre la seguridad en el espacio aéreo venezolano.
La medida afecta a compañías como Iberia, TAP, Avianca, Latam Colombia, GOL y Turkish Airlines, que decidieron detener sus operaciones tras la alerta estadounidense, en la que se recomendaba a las aeronaves “extremar la precaución” ante un incremento de actividad militar cerca de la región.
El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (Inac) calificó la decisión de las aerolíneas como una acción alineada con un supuesto “terrorismo de Estado promovido por el gobierno de los Estados Unidos”. A pesar de que el Ministerio de Transporte venezolano otorgó un plazo de 48 horas para reanudar los vuelos, ninguna compañía retomó operaciones.
De acuerdo con la Asociación Nacional de Agencias de Viaje y Turismo (Avavit), más de 8.000 pasajeros y al menos 40 vuelos han resultado afectados hasta el momento, generando caos entre viajeros que se encuentran varados en distintos países.
Reacciones del Gobierno venezolano
El ministro del Interior, Diosdado Cabello, defendió la decisión y criticó la postura estadounidense, afirmando que Venezuela actuó en defensa de su soberanía. “Quédense con sus aviones y nosotros nos quedamos con nuestra dignidad”, declaró, reforzando la narrativa oficial frente a la suspensión unilateral de rutas.
Por su parte, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, denunció que Estados Unidos “dispone sus armas para la guerra”, señalando el despliegue de bombarderos, destructores y aviones de combate cerca de las costas venezolanas.
Aumento de tensión regional
La alerta estadounidense surge en un contexto de creciente actividad militar en el Caribe. Operaciones como “Lanza del Sur”, lideradas por EE. UU. con apoyo de aliados como República Dominicana —que autorizó el uso temporal de aeropuertos para logística—, han encendido las alarmas en la región.
Paralelamente, altos mandos estadounidenses han sostenido reuniones con autoridades de Trinidad y Tobago en el marco de la cooperación contra el narcotráfico. En este escenario, más de veinte embarcaciones presuntamente vinculadas al tráfico de drogas han sido bombardeadas tanto en el Caribe como en el Pacífico, dejando más de 80 muertos, hechos cuestionados por expertos ante la falta de información comprobable.
La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo un llamado a la moderación, instando tanto a Estados Unidos como a Venezuela a evitar una escalada de tensión que pueda afectar la estabilidad regional.




