
La economía de Colombia encara un panorama de recuperación, pero con señales de cautela. Según el Informe de Política Monetaria del Banco de la República, se proyecta un crecimiento del 2,6 % para 2025, mientras que la inflación se mantiene por encima de lo esperado.
Aunque el crecimiento es sostenido, el contexto económico presenta retos estructurales. La junta del emisor decidió mantener la tasa de política en 9,25 %, reflejando prudencia ante la presión inflacionaria, especialmente por alimentos perecederos y algunos servicios.
Por sectores, el impulso vendrá de la infraestructura, el consumo y la agricultura, aunque la vivienda sigue sin despegar. En paralelo, el Banco Mundial recortó sus expectativas de crecimiento, advirtiendo que, aunque hay estabilidad macroeconómica, el ritmo sigue siendo insuficiente para una expansión robusta.
El segundo trimestre también deja mensajes mixtos: el PIB creció un 2,1 %, un dato positivo en general, pero por debajo de algunas proyecciones. Además, los analistas de BBVA Research advierten que el crecimiento potencial del país ha bajado frente a décadas anteriores, lo que limita el margen de expansión.
Sumado a esto, persiste una elevada incertidumbre económica, según un informe de Fedesarrollo, lo que agrega un componente de riesgo para las decisiones de inversión y la política fiscal.
El panorama es, por lo tanto, de “reactivación contenida”: hay señales de mejora, pero no suficientes para recuperar plenamente el dinamismo de otros ciclos económicos.




