La falta de control del Congreso estadounidense sobre las decisiones del expresidente Donald Trump ha reavivado el debate sobre la posibilidad de una acción militar contra Venezuela. Con un discurso cargado de retórica nacionalista y promesas de “mano dura” frente a regímenes considerados adversarios, Trump ha insinuado en varias ocasiones su intención de ejercer presión directa sobre Caracas. Analistas internacionales advierten que, sin un contrapeso legislativo fuerte, el líder republicano podría tomar decisiones unilaterales que escalen la tensión diplomática en la región.
Mientras tanto, el Gobierno venezolano observa con cautela los movimientos políticos en Washington, denunciando cualquier intento de intervención como una violación a su soberanía. Expertos en relaciones internacionales señalan que un eventual ataque o sanción más severa tendría repercusiones humanitarias y económicas graves en América Latina. La comunidad internacional, por su parte, llama a la prudencia y a la diplomacia, recordando que los conflictos recientes han demostrado los riesgos de actuar sin mediación ni consenso institucional.


