Se ha reportado que múltiples cables submarinos ubicados cerca de Jeddah, en el Mar Rojo —incluidos los sistemas SEA-ME-WE-4, IMEWE y FALCON GCX— sufrieron daños severos, y ahora se estima que esto está interrumpiendo cerca del 17 % del tráfico global de internet. Microsoft, a través de su plataforma Azure, informó sobre un notable aumento en la latencia, especialmente en conectividad entre Asia, Europa y Medio Oriente, aunque logró redirigir parte del tráfico para mitigar el impacto. La reparación podría tardar semanas o incluso meses, debido a la complejidad técnica y la escasez de embarcaciones especializadas, además de obstáculos logísticos en la región.
Este incidente expone la vulnerabilidad de la infraestructura global de comunicaciones ante daños físicos y resalta la urgencia de diversificar rutas y tecnologías, como la conectividad satelital, para garantizar una red más resistente y segura.




