La senadora María José Pizarro, del Pacto Histórico, fue directa: “la corrupción en Colombia no tiene ideología, pero sí cómplices con corbata y poder”. Su pronunciamiento llega tras las capturas de Andrés Calle e Iván Name, expresidentes de Cámara y Senado, investigados por recibir millonarios sobornos dentro del escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd).
Pero Pizarro no se quedó en el escándalo del día. Con un mensaje publicado en X (antes Twitter), pidió que la justicia también actúe con la misma fuerza en otros casos históricos de corrupción como Odebrecht, Agro Ingreso Seguro, la Yidispolítica o el desfalco del sistema de salud. Escándalos que, aunque sacudieron al país, quedaron sin responsables claros o terminaron con condenas simbólicas.
Según Pizarro, hay una doble moral en sectores políticos y económicos que fingen escandalizarse por los hechos actuales, mientras guardan silencio sobre sus propios vínculos con el pasado. Esa “política tradicional”, dijo, ha bloqueado reformas clave y ha hecho negocios con los recursos públicos, mientras millones de colombianos sobreviven entre el abandono y la pobreza.
Y no se trata solo de Colombia. Aunque no lo nombró, el mensaje de fondo también critica modelos internacionales como el de Donald Trump, que, con discursos nacionalistas y populistas, terminó beneficiando a los grandes capitales, debilitando los controles públicos y normalizando el uso del poder para intereses personales. Es la misma lógica del poder impune que, según la senadora, se repite en muchos países con sistemas democráticos en crisis.
“Justicia para todos los corruptos. No solo para los de ahora”, reclamó. Y cerró con una propuesta clara: limpiar los partidos políticos, acabar con la hipocresía y firmar un pacto nacional por la verdad y contra la impunidad.

