Control político a Piedemonte

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En una intensa sesión del Concejo Municipal, se llevó a cabo un debate de control político centrado en Piedemonte, el ente descentralizado que se encarga de desarrollar proyectos de construcción y ofrecer soluciones de vivienda de interés prioritario (VIP) y de interés social (VIS). La discusión, marcada por acusaciones y tensiones, dejó al descubierto la situación del progreso de los proyectos de vivienda en la ciudad.

Ferviente crítico

El concejal Gustavo Basto, uno de los críticos más fervientes de la gestión actual, no escatimó esfuerzos para cuestionar al gerente de Piedemonte, Alonso Garay. En su intervención, Basto lamentó la actitud del concejal William Sánchez, del partido de la U, quien, según él, «haciéndole juego a la administración se declara en oposición, pero no viene a los debates, saboteando el quórum».

Durante el debate, Basto se dirigió directamente a Garay, manifestando su indignación por lo que consideró un irrespeto hacia los beneficiarios de los programas de vivienda. «Bienvenido a este recinto de la democracia que usted constantemente vive irrespetando», dijo el cabildante, antes de señalar que Garay había respondido de manera extemporánea al cuestionario enviado por el Concejo. “Muy activo en los medios de comunicación, pero muy lento en su capacidad administrativa y de gestión”, criticó Basto.

Proyectos

Uno de los puntos más destacados en la discusión fue el estado del proyecto de La Victoria. Basto instó a Garay a proporcionar fechas concretas sobre su entrega, ya que, a su juicio, solo este proyecto está avanzando de manera medianamente aceptable. «Usted como dice una cosa, dice la otra», reprochó.

Además, el concejal señaló que la fiducia se ha convertido en un «cuello de botella» para resolver el problema de Corocoras, acusando al gerente de no haber gestionado adecuadamente la situación. «Es mentira tras mentira lo que dice Garay», enfatizó Basto.

La polémica se intensificó cuando Basto reveló un proyecto de Acuerdo que pretendía enajenar un predio en La Paz. Según Basto, la intención de vender este terreno genera serias dudas sobre la transparencia de la administración.


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