
El controvertido contrato para la compra de aviones de combate Gripen por parte del Gobierno colombiano ha encendido las alarmas de la Contraloría, luego de que se revelara que cada unidad costaría 215 millones de dólares. Según el presidente Gustavo Petro, ese monto no solo incluye el avión en sí, sino también simuladores de vuelo, equipos de entrenamiento, mantenimiento y otros servicios clave.
El monto total del acuerdo con la sueca Saab asciende a 16,5 billones de pesos, con un esquema de pagos que se extendería hasta 2032.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, ha explicado que parte del retraso en la firma del contrato se debe a trámites administrativos relacionados con compensaciones sociales (“offsets”), tales como proyectos de agua potable y energía solar.
Por su parte, desde la Fuerza Aérea Colombiana aseguran que los nuevos aviones serán más económicos de operar: el comandante afirmó que volar los Gripen podría costar un 20 % menos que los aviones Kfir que se pretende sustituir.
La investigación de la Contraloría se centrará en determinar si el valor reportado por unidad está justificado, dada la magnitud del desembolso y los compromisos financieros a largo plazo que implican vigencias futuras.




