En la Casa de la Moneda, se llevó a cabo un plantón por la búsqueda de Narly Gómez, quien continúa desaparecida por cuatro años largos. En este encuentro, se evidenció el abandono por parte del Estado y la sociedad, ya que la asistencia fue limitada, siendo principalmente familiares y amigos.
A pesar de sus esfuerzos continúa la búsqueda, pero la fiscalía ha ignorado y tardado en analizar y en la búsqueda las pruebas proporcionadas por la familia para dar con el paradero de Narly. La omisión de las autoridades ha contribuido al dolor y la incertidumbre que la familia ha enfrentado durante estos años.
Narly Gómez vivía en el barrio La Ladera, en Popayán. A través de videos se evidencio que realizó diversas diligencias como en el colegio de su hija, la llevó al parque, fue a la galería La Esmeralda, y posteriormente se dirigió al parque informático para matricularse en sus estudios. La última llamada que hizo fue a su hermano para encontrarse con ella entre la 1 y las 2 p. m. en la casa pero ella no estaba, su celular estaba apagado, y desde entonces no se ha tenido noticias de ella.
La hija de Narly tres días después apareció en Guachicono, junto a su exmarido, quien no dio información. Mencionada que la llevó a ver un lote en Timbio y que la dejó en el Túnel bajo para ver otro, momento en el cual ella recibió una llamada y salió, prometiendo regresar. Al ser contactado por la fiscalía, deja a la menor en La Sierra con los abuelos paternos, y desaparece. Tras nueve meses, se emite una orden de captura, pero semanas después, se informa que el exmarido ha sido asesinado. La familia lucha por la exhumación del cuerpo para verificar su identidad, ya que la información sobre la muerte es escasa.
La familia hace un llamado urgente a la sensibilización de las personas, destacando que la desaparición de Narly es una tragedia que podría ocurrirle a cualquiera. Perder a un ser querido es una experiencia extremadamente difícil, y a pesar del tiempo transcurrido, continúa la búsqueda esperanza de encontrarla continua y verla regresar a casa persiste.
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