El montañista Eduard Perdomo Jiménez, oriundo de municipio de Támara, ha escrito su nombre en la historia de los exploradores colombianos al alcanzar dos de las cumbres más desafiantes de los Andes en una travesía que combina pasión, determinación y un profundo amor por la naturaleza.
Viaje a las alturas
Eduard comenzó su aventura en el sur de Colombia, escalando el volcán Cumbal, el punto más alto del departamento de Nariño, con una imponente altitud de 4.764 metros sobre el nivel del mar. Este majestuoso coloso es conocido por sus vistas espectaculares y sus condiciones climáticas desafiantes, que ponen a prueba la resistencia física y mental de quienes se atreven a conquistarlo.
No satisfecho con este logro, el montañista cruzó la frontera hacia Ecuador para enfrentar un reto aún mayor: el Cayambe, la tercera montaña más alta de los Andes ecuatorianos, con una altitud de 5.790 metros. Esta cima, cubierta de glaciares y conocida por sus temperaturas extremas, representa un verdadero desafío incluso para los montañistas más experimentados.
Trabajo y pasión
Aunque su vida profesional como comerciante en Yopal podría parecer un contraste con las exigencias del montañismo, Eduard demuestra que es posible equilibrar ambas pasiones. Su rutina diaria incluye no solo los compromisos de su negocio, sino también un riguroso entrenamiento físico que le permite estar preparado para enfrentar los rigores de la alta montaña.
Para Eduard, el senderismo y el montañismo no son solo una afición, sino un camino para cultivar la salud física y mental. En sus propias palabras, cada ascenso es una oportunidad para reflexionar, conectar con la naturaleza y superar sus propios límites.
Lo que sigue
Con dos cumbres más en su lista de éxitos, Eduard ya está planeando nuevas expediciones. Su próximo objetivo es conquistar otras cimas emblemáticas de América Latina, llevando consigo no solo el orgullo de ser un llanero, sino también el mensaje de que los sueños, por altos que sean, son alcanzables con trabajo y determinación.




