El Club Campestre se llenó de risas, aplausos y emoción durante el Festival de Golf Kids 2025, una jornada que reunió a los más pequeños de casa para celebrar su amor por el golf. Desde tempranas horas de la mañana, niños y niñas llegaron acompañados de sus padres, listos para disfrutar de un día lleno de aprendizaje, deporte y diversión.
Bajo la guía de sus entrenadores, cada participante mostró su talento, disciplina y entusiasmo, mientras los familiares no dejaban de aplaudir y animar. Los más pequeños, algunos con apenas cinco años, se enfrentaron con valentía a los retos del campo de golf, demostrando que con pasión y constancia se pueden lograr grandes cosas. Cada swing y cada golpe reflejaron la emoción de quienes están dando sus primeros pasos en este deporte, pero con una actitud de verdaderos campeones.
Entre risas y juegos, se vivieron momentos inolvidables: algunos niños lograban alcanzar el hoyo con un golpe perfecto, mientras que otros aprendían de los errores con paciencia y esfuerzo, siempre acompañados de la motivación de sus entrenadores y la mirada orgullosa de sus padres. Este festival no solo fue una competencia, sino un espacio de integración y alegría para toda la familia, donde el deporte se convirtió en motivo de unión y celebración.
Pequeños campeones
El festival también sirvió para reconocer el esfuerzo y dedicación de los jóvenes golfistas. Todos los niños y niñas que participaron recibieron medallas y obsequios como premio a su valentía, entusiasmo y compromiso en el campo de juego.
La emoción se vivió al máximo cuando se anunció el cuadro de honor del torneo, destacando a los mejores en cada categoría. En Avanzados, Nicolás Rodríguez se coronó campeón, mientras que Martín Echeverry alcanzó el segundo lugar. La categoría Semillero Uno tuvo como ganador a Juan José Botero, con William Rubiano y Thomás Bayona compartiendo la segunda posición. En Semillero Dos, Ariana Díaz se llevó el título de campeona, seguida por María Guadalupe Ibatá Spadafford, Mariana Polanía y Lorenzo Ramírez Murcia.
Los aplausos no se hicieron esperar y los rostros de los pequeños reflejaban orgullo y felicidad. Cada medalla entregada fue más que un reconocimiento deportivo: simbolizó esfuerzo, constancia y pasión por el golf, valores que quedarán grabados en la memoria de cada participante y que los acompañarán en su crecimiento personal y deportivo.
Más allá de los premios y reconocimientos, el festival dejó lecciones importantes para todos los asistentes. Los niños aprendieron disciplina, respeto y compañerismo, mientras los padres valoraron la oportunidad de ver crecer a sus hijos en un ambiente sano y lleno de diversión. Entrenadores y organizadores coincidieron en que jornadas como estas son clave para formar no solo futuros campeones, sino también grandes personas.
El Festival de Golf Kids 2025 cerró con una emotiva ceremonia de despedida, donde se vivieron abrazos, sonrisas y la promesa de volver el próximo año.




