Una llamada interrumpió la tranquilidad de una familia huilense. Luis Miguel Marles Otálora, joven oriundo de Baraya e integrante activo de la Fuerza Aeroespacial Colombiana, fue hallado sin vida en extrañas circunstancias en el municipio de Soacha, Cundinamarca. Su deceso ha causado conmoción tanto en su tierra natal como en el entorno castrense al que pertenecía.
El cuerpo del joven fue ingresado el 12 de julio al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde especialistas trabajan para determinar las causas exactas de su fallecimiento. Por ahora, las autoridades no han entregado información oficial sobre las circunstancias en que ocurrió la muerte. El silencio institucional mantiene en vilo a sus familiares, quienes claman por respuestas claras y celeridad en la investigación.
Silencio oficial
Ni la Policía Nacional ni la Fiscalía General de la Nación han emitido comunicados sobre las hipótesis que rodean el fallecimiento. Se desconoce si hay elementos que apunten a un crimen, un accidente o un hecho asociado al servicio que el joven prestaba en la Fuerza Pública. La incertidumbre se convierte en una carga emocional adicional para sus padres y allegados, quienes exigen que el caso no quede impune.
Luis Miguel, de raíces barayunas, era recordado por sus conocidos como un joven disciplinado, respetuoso y entregado a su carrera. Su ingreso a la Fuerza Aeroespacial fue motivo de orgullo para su familia y un ejemplo para otros jóvenes del municipio. La noticia de su partida ha generado múltiples expresiones de solidaridad en redes sociales y entre las autoridades locales.
Duelo íntimo
Una de las muestras más sentidas fue la de su pareja sentimental, Alexa Sánchez, quien publicó un desgarrador mensaje en su cuenta de Facebook:
“Mi amor bonito, has dejado en mí un gran vacío… me hiciste creer nuevamente en el amor. Siempre te amaré, Marles Otálora”.
Mientras tanto, en Baraya, la familia del joven ha tenido que enfrentar los trámites administrativos y judiciales que conlleva la entrega del cuerpo. Desde la autorización de traslado hasta la programación de las exequias, el proceso ha estado cargado de dolor y burocracia. Según se conoció, familiares cercanos viajaron hasta Cundinamarca para avanzar con la documentación y lograr que el cuerpo regrese al Huila, donde esperan darle cristiana sepultura.
Clamor colectivo
El caso ha movilizado a la comunidad barayuna, que ha encendido velas, expresado su duelo en redes y rodeado a la familia Otálora con gestos de cariño. Todos coinciden en una sola petición: verdad y justicia.
Luis Miguel Marles Otálora, que dedicó sus días al servicio del país, ahora es recordado por su valor y por el misterio que rodea su muerte. El Huila entero espera respuestas.
