El conflicto limítrofe entre Colombia y Perú por la Isla Santa Rosa, ubicada en el río Amazonas frente a Leticia (Colombia) y Tabatinga (Brasil), ha escalado en los últimos meses, generando tensiones diplomáticas y una inspección conjunta programada para septiembre.
Origen de la disputa
La isla emergió en la década de 1970 como un desprendimiento natural de la isla Chinería, ya reconocida como peruana. Sin embargo, no aparece mencionada en el Tratado Salomón-Lozano de 1922, ni en las asignaciones de islas realizadas en 1929, lo que dejó un vacío legal sobre su soberanía.
Reacción colombiana
En julio y agosto de 2025, el presidente Gustavo Petro declaró públicamente que Colombia no reconoce la soberanía peruana sobre la isla, argumentando que esta no fue adjudicada de forma bilateral y que su uso unilateral contraviene el Tratado de Río de Janeiro de 1934, el cual exige acuerdos para el reparto de nuevas islas emergidas tras 1929.
Posición peruana
Perú respondió reafirmando que Santa Rosa forma parte de su territorio desde 1929 como extensión de la isla Chinería, y enfatizó que la creación del Distrito de Santa Rosa de Loreto, el 3 de julio de 2025 (Ley N° 32403), fortalece la presencia estatal y la oferta de servicios en esa región fronteriza.
Medidas y sanciones
En una escalada diplomática, el Poder Judicial peruano condenó a dos topógrafos colombianos por realizar estudios GPS en la isla sin autorización. Recibieron una pena suspendida, expulsión inmediata y una multa de S/ 4.500.
Inspección fronteriza en septiembre
Para calmar las tensiones, los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países confirmaron una reunión en Lima el 11 y 12 de septiembre de 2025, dentro del marco de la COMPERIF, para inspeccionar el terreno y atender las demandas de las comunidades locales, además de avanzar hacia una posición oficial sobre la disputa.
Contexto socioambiental
La isla alberga a unas 3.000 personas que viven en condiciones precarias: sin agua potable ni alcantarillado, construcciones sobre pilotes para mitigar inundaciones y alta dependencia de Leticia (COL) y Tabatinga (BRA) para servicios básicos. Estudios indican que, por sedimentación, el caudal navegable del Amazonas en el lado colombiano ha caído del 30 % en 1993 al 19.5 % en 2025, lo cual podría dejar a Leticia sin acceso fluvial para 2030 si no se aplican medidas como el dragado y la cooperación bilateral.
Mirada general
El conflicto combina dimensiones históricas, jurídicas, ambientales y humanas. Ambas naciones sustentan sus posturas en tratados pasados y maneja tanto riesgos diplomáticos como desafíos territoriales y de desarrollo local.




