El departamento del Guaviare está viviendo una crisis silenciosa que afecta especialmente a los periodistas. En medio del recrudecimiento del conflicto armado, el ejercicio del periodismo se ha vuelto extremadamente peligroso. La región sigue siendo escenario de enfrentamientos entre disidencias de las FARC, grupos armados organizados y fuerzas estatales.
⚠️ Principales hechos:
- Amenazas directas:
El periodista Gustavo Chicangana, director de Guaviare Estéreo, sufrió un atentado tras negarse a publicar un panfleto del grupo narcoparamilitar ERPAC. A pesar de las amenazas, no recibió protección estatal. - Violencia histórica y reciente:
Ingrid Pinilla, de Marandúa Stereo, denunció que durante el conflicto fue torturada por militares y paramilitares en el pasado. Hoy sigue enfrentando intimidaciones. - Autocensura como mecanismo de supervivencia:
Muchos periodistas deben modificar el lenguaje, eliminar nombres, y hasta cambiar la voz en las entrevistas para proteger a sus fuentes y a sí mismos. El silencio informativo es a veces la única forma de mantenerse con vida. - Desinterés estatal:
A pesar de ser una zona estratégica por su ubicación y cultivos ilícitos, el Guaviare no ha recibido atención suficiente del gobierno nacional ni protección efectiva para los comunicadores.
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